Muchas veces, cuando pensamos el diseño de un cantero, tendemos a poner el foco en la primavera y el verano, que son las estaciones de mayor esplendor. Pero lo cierto es que, si queremos un jardín que no se pierda totalmente durante meses y que nos siga regalando sorpresas en los momentos menos pensados, necesitamos empezar a mirar qué pasa en los meses fríos.

Y ahí es donde entran las bulbosas.

En este artículo vamos a hablar de por qué deberías empezar a incluirlas más seguido en tus combinaciones, qué beneficios aportan y cuáles son las mejores especies para comenzar sin frustrarse en el intento.

Porque existe una diversidad enorme de especies. Pero son pocas las que te recomiendo para empezar si tenés poca experiencia en este mundillo.

Por otro lado, tener en cuenta que existen especies para todo el año. Una gran distinción las separa entre bulbosas de frío y bulbosas de calor.

En este artículo hablaremos de las de frío, que son las que se plantan en otoño.

1. Ventajas de usar bulbosas en canteros

Las plantas bulbosas de frío tienen la particularidad de que brotan con fuerza justo cuando el resto del jardín parece apagado. Muchas de ellas florecen entre el otoño y fines del invierno, lo cual las convierte en protagonistas de un momento donde hay poca competencia visual.

Son excelentes para cubrir espacios vacíos que quedan pelados cuando herbáceas y gramíneas entran en receso. Esto es clave, especialmente en canteros estructurados donde no queremos perder el ritmo visual ni dejar “manchas vacías”.

Además, desde el punto de vista del suelo, el movimiento de raíces que producen mientras están activas ayuda a mantener la biología viva. Recordá que un suelo con actividad radicular continua suele conservar mejor su estructura, humedad y microorganismos.

Otra ventaja poco mencionada: las bulbosas son fáciles de rotar o levantar si no nos gusta cómo quedaron. Al estar contenidas en un órgano de reserva, son bastante “transportables”.

2. Problemas comunes al tener bulbosas en el cantero

Ahora bien, no todo es color de rosa. Como cualquier grupo de plantas, también tienen sus contras si no se planifican bien.

El error más común: plantarlas donde luego otras especies perennes les hacen sombra o competencia radicular. Esto puede afectar su floración o incluso hacerlas desaparecer con el tiempo.

También suele pasar que, al terminar su ciclo, quedan hojas amarillas “antiestéticas” que no queremos ver. Pero ojo: esas hojas no deben cortarse de inmediato. Es el momento en que el bulbo recarga energía para la próxima floración. La clave está en combinarlas con especies que oculten ese marchitamiento.

El marchitamiento de las bulbosas ocurre en un momento donde, por lo general, las necesidades de sol bajan. Por lo que en ese período pueden venir el resto de plantas a taparlas.

Por último, muchas veces se colocan en lugares mal drenados o con riegos excesivos, y ahí entran en riesgo de pudrición. Un buen sustrato aireado y un riego ajustado a la estación es fundamental. Y en el caso de que no se puede garantizar un cuidado mientras están inactivos, conviene quitar los bulbos de la tierra y conservarlos hasta la próxima temporada de plantación.

3. Las bulbosas más sencillas para empezar

Si estás empezando en el mundo de las bulbosas, te recomiendo ir por algunas de las especies más nobles y agradecidas:

Narciso: Resistente, adaptable y muy generoso. Florece incluso en suelos no tan ricos, y tolera cierto abandono. Sus tonos amarillos dan un aire cálido en pleno invierno.

Tulipán: Es el favorito de muchos por su estética, aunque es un poco más exigente. Necesita frío acumulado para florecer bien, por lo cual conviene guardarlos en la heladera si estás en zonas templadas. Plantalo profundo y no lo riegues demasiado. Si bien su cultivo es sencillo, por su dificultad para volver a florecer la siguiente temporada, suele tratarse como una planta anual (se reemplaza por bulbos frescos cada año).

Fresia: Delicada, aromática y muy florífera. Una de nuestras favoritas, y de las más fáciles. Funciona perfecto en macizos bajos o borduras. Agradece un lugar con sol y buena aireación. Si está cómoda, se multiplica sola año tras año. Puedes adquirir fresias ya mismo en nuestra tienda.

Bonus tip: Combiná fresias con gramíneas de hoja fina como Nassella tenuissima o Melica, para lograr contrastes de textura que funcionen incluso cuando la floración ya haya pasado.

Profundidad de plantación estimada

Profundidad de plantación ortientativa

4. Un cierre para tener en cuenta

Las bulbosas no solo suman belleza en el jardín. Son un recurso estratégico para todo paisajista que busca continuidad visual y salud del suelo. Incorporarlas en tus diseños de invierno-primavera es una manera de pensar el jardín como un sistema vivo que no descansa nunca.

Animate a probar con unas pocas este año. Y después contame cómo te fue.