Diseñar con herbáceas puede ser un desafío importante cuando no sabemos cuáles son las características que tienen estas plantas en cuanto a su aspecto, y cómo los diferentes efectos visuales pueden combinarse para crear un impacto.
La clave para crear atracción visual es empezar poco a poco a ganar sensibilidad en cuanto a las características estéticas que tienen las plantas en general. Es lo que nosotros solemos llamarle atributos estéticos de las plantas.
Aparecen la textura, el color, la arquitectura vegetal, entre otros. Pero en este artículo me gustaría puntualizar en un atributo que es especialmente importante en las herbáceas, y es la arquitectura floral.
No vamos a engañarnos: la inmensa mayoría de nosotros pensamos en términos de flores cuando se nos antojan las herbáceas en particular.
Solemos prestarle mucha atención al color que, si bien es un aspecto crucial en cualquier buen diseño, hay otros interesantes que pueden llevar nuestras composiciones a un siguiente nivel.
Si pensamos en una flor blanca, usualmente se te viene a la mente todo tipo de especies que tienen flores blancas. Pero si escudriñamos un poco más, podemos notar que no todas las flores son iguales, y que lo único que tienen de parecido podría ser solo el color blanco.
Hablemos de la arquitectura floral (o del diseño floral).
Tenemos, en principio, flores blancas grandes, medianas y chicas.
Vamos a complejizarlo más, y diremos que algunas flores, aunque pequeñas, se agrupan en estructuras mayores como espigas o cabezuelas.
Algunas de estas espigas son muy rectas, hacia arriba, otras son más flexibles y caen hacia un lado.
Y así podés ir elaborando una lista de herbáceas de flores blancas pero que son muy distintas entre sí debido a su diseño floral.
Acá algunas imágenes donde vemos el impacto que genera el uso de distintos tamaños y formas florales aunque nos mantengamos en un mismo color.
Una combinación acertada donde solo vemos flores blancas, pero con cambios drásticos en su diseño floral.
Gaura lindheimeri, o gaura, con sus flores blancas medianas, que parecen mariposas suspendidas en el aire.
Cebollín chino (Allium tuberosum) con sus flores que son muy pequeñas, pero forman una cabezuela con muchas de ellas que cambia por completo su fisionomía floral
Verbascum chaixii "Wedding Candles", una variedad preciosa de verbascum que destaca por sus espigas rectas, muy largas, y sus pequeñas flores. Es de las pocas herbáceas que nos ofrecen el milagro de la floración vertical (muy difícil de encontrar) en color blanco.
La maravillosa equinácea (en este caso de flor blanca), con sus típicas flores de gran tamaño con sus pétalos retraídos hacia abajo (que no son flores en realidad, pero eso da por otro capítulo).
También podrías elegir más colores, y dentro de esos colores elegir distintas formas de flores haciendo una composición espectacular y compleja. Por ejemplo con el lila:
Salvia "Nachtvlinder" es un espectacular despliegue de flores lilas oscuras, relativamente pequeñas.
Felicia amelloides "Variegata", o agatea disciplinada, aporta una floración muy extensa con sus alucinantes flores en forma de platillo de color lila casi celeste.
Plectranthus neochilus, o simplemente falso boldo, es espectacular por sus espigas rectas hacia arriba.
Estas composiciones las he armado relativamente rápido, dando una mirada a las imágenes de cada especie desde la tienda del vivero y luego entendiendo que las especies que elijo tienen un tamaño similar y requerimientos parecidos (datos que también están en la tienda, pero que te los da también el conocimiento que adquirimos con tiempo y práctica).
Una vez que tenés esto en cuenta, te aseguro que el panorama hacia nuevas combinaciones se te puede abrir por completo y la creatividad no tendrá techo.
¡A experimentar!